Los desafíos de la centro-izquierda y el progresismo en las municipales
A pocos días de que se cierren los pactos, cabe recordar que el proceso electoral de octubre es de suma importancia pues las elecciones municipales anteriores predijeron los resultados presidenciales: Piñera en 2017 y Boric en 2021. Sin embargo, hoy existen nuevos factores a considerar que ponen cuotas importantes de incertidumbre si de intentar proyectar efectos políticos se trata.
Tal vez el más importante de estos factores sea el cambio al voto obligatorio, lo cual implicará la entrada de 4 millones de nuevos votantes a estos comicios en comparación con la elección anterior. La incertidumbre que pone este factor es casi total, en tanto los plebiscitos recientes y la elección de consejeros que se realizaron con voto obligatorio, no son por sí solo predictores debido a su naturaleza particular y los estudios sobre este tipo de electorado no son concluyentes sobre su alineamiento al momento de votar.
Otro factor a analizar es el apoyo al gobierno en los escenarios municipales anteriores. En 2017 y 2021 la aprobación era baja, y eso se reflejó en los resultados. Sin embargo, la actual administración cuenta con más de un 30% de apoyo, superior a los casos de aquel entonces, lo cual hace que la dinámica que el gobierno logre conducir en los próximos meses tenga una ponderación a observar atentamente.
Ahora bien, las municipales de 2021 fueron históricamente desfavorables para la derecha, perdiendo municipios clave en un contexto de pandemia y de crisis política. Hoy, resulta poco probable que estos resultados se repitan. Sin embargo, la última elección también destacó a una nueva generación política de izquierda, cuyos liderazgos serán evaluados en 2024. Los desafíos se reparten por lado y lado.
Considerando estos factores, es necesario diseñar estrategias teniendo en cuenta que los motivadores en las elecciones municipales tienden a ser territoriales. Los alcaldes son evaluados por su gestión local y su cercanía con las personas, y menos por su militancia. Sin embargo, también existe un conjunto de liderazgos municipales que tienen proyección nacional, sobre los cuales también es necesario ejecutar estrategias específicas. También el factor de la unidad es importante, pues si no se logra resolver la disputa interna que hoy existe en la derecha, la coalición oficialista más la DC, estaría en una posición idónea de enviar un potente mensaje de gobernabilidad que actualmente sus adversarios no serían capaces de transmitir, lo cual sería bastante complicado en estos tiempos.
Por otro lado, la diferenciación de partidos será más evidente en las listas de concejales, lo cual emite una señal algo más clara con respecto de la posición de los partidos para enfrentar las próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. Otro elemento a observar es el número de candidaturas independientes, que apostarán por el voto descontento y anti-partidos, además del comportamiento de los votos nulos y blancos.
El desafío para la centroizquierda y el progresismo está en demostrar que sus alcaldes en ejercicio han logrado resultados importantes, sobre todo en temas relativos a la seguridad ciudadana y a la gestión del territorio. Teniendo en cuenta que la cobertura mediática de las primarias favoreció a la oposición, resulta de vital importancia diseñar estrategias que aseguren una mayor cobertura para el oficialismo en las municipales. La noche del 27 de octubre, independiente del resultado numérico, debe contener un relato de sector que hable de capacidad de gobernar, de credibilidad y de cercanía a las personas.
Lo anteriormente dicho, solo se logrará si existe un trabajo coordinado entre los partidos de centroizquierda y el progresismo para enfrentar las elecciones, especialmente en las comunas grandes que generan mayor impacto mediático; y en las contiendas de gobernadores por las posibilidades reales de mantener la mayoría.