Queridas amigas y amigos,

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, me quiero dirigir a ustedes para reflexionar sobre los avances que hemos logrado en la lucha por la igualdad de género, así como para reconocer los desafíos que aún enfrentamos.

A lo largo de los años, hemos presenciado transformaciones significativas en la manera en que nuestras sociedades comprenden y actúan frente a las desigualdades de género. Mujeres de todas las edades, etnias y orígenes han levantado sus voces, exigiendo respeto a sus derechos y oportunidades iguales en todos los ámbitos de la vida.
Los avances son innegables. Desde la ampliación del acceso a la educación para las niñas hasta la creciente presencia de mujeres en posiciones de liderazgo, hemos dado pasos importantes hacia un mundo más justo. La legislación en muchos países ha evolucionado para proteger los derechos de las mujeres, incluyendo el derecho a una vida libre de violencia, el acceso a la salud reproductiva y la igualdad salarial.

Sin embargo, la lucha está lejos de terminar. Aún existen brechas significativas que necesitamos cerrar. La violencia contra las mujeres y niñas sigue siendo una pandemia global, la brecha salarial de género persiste y las mujeres continúan estando subrepresentadas en posiciones de poder y toma de decisiones. Además, debemos prestar especial atención a las necesidades de las mujeres y niñas más vulnerables, incluidas aquellas que enfrentan discriminación múltiple.
En este Día Internacional de la Mujer, hago un llamado a cada uno de ustedes para que se unan en la lucha por la igualdad de género, para no retroceder en lo avanzado. Es esencial que trabajemos juntos, hombres y mujeres, para construir una sociedad que valore y respete los derechos y las contribuciones de todos, independientemente de su género. Debemos continuar promoviendo políticas y prácticas que abran más espacios para las voces de las mujeres en todos los sectores de la sociedad.

Que este día nos sirva de inspiración para seguir avanzando hacia un futuro donde la igualdad de género sea una realidad vivida por todas y todos. El camino por delante es desafiante, pero estoy convencida de que, con determinación y solidaridad, podemos superar los obstáculos y construir un mundo más justo para las generaciones futuras.

Con afecto y esperanza,

Michelle Bachelet