Fundación Horizonte Ciudadano

Covid-19: ¿La primera infancia es un grupo de riesgo?

Más allá de lo estigmatizante del término “vectores de contagios” que, debajo de lo aparente, implica definir a los niños y niñas como “peligrosos”.

Por Jorge Álvarez

Septiembre 21, 2020

Por Jorge Álvarez

Chile está viviendo más de seis meses de pandemia Covid-19, que ha contagiado a casi medio millón de personas. Ello ha estado asociado a una serie de medidas impuestas por la autoridad, como el confinamiento de la población por largos periodos, cordones sanitarios, Estado de Catástrofe, toque de queda nocturno, cierre de establecimientos educacionales, cierre de restaurantes y otros. En definitiva, el virus ha alterado significativamente la vida de los chilenos.

A su vez, el gobierno ha estado entregando, a través de la televisión y otros medios, informes diarios, con cifras actualizadas de la pandemia y las novedades en términos de cuarentena y planes de apertura. Sin embargo, hasta ahora, nunca se ha escuchado una mención sobre la situación de la primera infancia y tampoco han existido preguntas de los periodistas al respecto.

No obstante, todos sabemos, y la evidencia es contundente, respecto a la importancia que tienen los primeros años en la vida de las personas: es el periodo en que más crece el cerebro y donde más se desarrolla el lenguaje, la sicomotricidad y se sientan las bases del pensamiento abstracto. Por lo cual, es un momento en la vida humana que es necesario cuidar y estar atentos a posibles obstáculos para el desarrollo de niños y niñas.

¿Por qué la primera infancia ha sido invisibilizada en los análisis que realizan los expertos sobre la pandemia, así como la casi nula presencia en los medios de comunicación?

Lo señalado, ha sido influido porque la niñez, desde un comienzo de la pandemia, no fue definida como un grupo de riesgo debido a su baja letalidad, si no más bien como «vectores de contagio»; es decir, al contraer la enfermedad y no tener reacciones sintomáticas graves, favorecerían la expansión del virus mediante la interacción con otros.

Más allá de lo estigmatizante del término “vectores de contagios” que, debajo de lo aparente, implica definir a los niños y niñas como “peligrosos”, debemos señalar que no sólo los fallecimientos o letalidad deberían precisar qué población esta en riesgo. Creemos que también las hospitalizaciones deben ser un indicador para identificar este tipo grupos, por las dramáticas consecuencias e implicancias para las personas, como estar en salas de cuidado intensivo o conectadas a ventiladores mecánicos.

En este sentido, según un informe epidemiológico del 4 de septiembre pasado, la proporción de hospitalizaciones de niños y niñas en primera infancia, por complicaciones de contagio, es similar al porcentaje de hospitalizaciones de la población general. Por tanto, al menos en este aspecto, los párvulos sí son un grupo de riesgo.

En efecto, del total de contagiados en el país, es decir toda población, un 8,6% ha tenido que ser hospitalizado, lo cual no es alejado del 7,8% sufrido por niños y niñas menores de 4 años. Más aún, si se revisa la trayectoria de las cifras, desde que se publica el dato de hospitalizaciones, se constata que en varias semanas los niños y niñas tuvieron una proporción de hospitalizaciones mayor a población general.

Pese a su invisibilización gubernamental, a primera infancia y su relación con el Covid-19 sí es un grupo de riesgo y requiere una vigilancia y preocupación que no han tenido.

Publicada el 21 de septiembre de 2020 en El Desconcierto.

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